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HISTORIA.

HISTORIA .
Un breve paseo por nuestra milenaria historia.





El norte de Córdoba y como no el Valle del Guadiato y el municipio de Belmez (Córdoba), reune en gran parte debido a la actividad minera desarrollada a lo largo de la historia unas características muy peculiares que han dotado a estas tierras de una singularidad específica y que se manifiesta continuadamente en la evolución de su historia, actividad minera que se ha visto encauzada desde el Guadiato a través de una tradicional ruta de acceso entre la Meseta, Extremadura, Portugal y el Valle del Guadalquivir; y otras a traves de las rutas comerciales principales de turdetania hacia el levante, todo esto en función de las condiciones socioeconómicas y del dominio de los diferentes pueblos colonizadores y comerciantes que se han sucedido en cada periodo de nuestra larga historia.

Numerosas huellas arqueológicas y monumentales salpican los rincones y parajes del municipio de Belmez, concediendole unas señas de identidad final muy particulares. Desde la Prehistoria y la Edad Antigua al Medievo, del Islam a el Renacimiento y esplendor del Barroco, de la Edad Moderna a la Edad Contemporánea; formas de vida, costumbres, arte, creencias, y monumentos, catalogados muchos de ellos con la categoría de bien de interés cultural, y otros muchos bien merecedores de ser catalogados como tal.
En Belmez, existen restos documentados datados en el Paleolítico, período mas extenso de la historia del ser humano donde en los alrededores del dólmen "Sierra Palacios", han sido halladas algunas piezas del Paleolítico inferior de transición chelelense-achelense. También aparecen restos de <<Elephas Antiquus>> extinta especie que vivió en el Pleistoceno desde hace aproximadamente 800.000 años hasta hace unos 70.000. Concretamente de esta especie fueron halladas una vértebra, una costilla y unos molares en una raña junto a la balanza número 4 de la mina de Cabeza de Vaca, y en el mismo término belmezano, A. Carbonell llega a documentar en el yacimiento de Peñaladrones la existencia de restos arqueológicos los cuales cita como los vestigios Paleolíticos más antiguos de la provincia de Córdoba, en este mismo asentamiento aparecen más recientemente concretamente en el 2008 una estación en un solo paño de Pintura Esquemática Rupestre en una pequeña concavidad de cuarcita a modo de abrigo.

Los primeros indicios de asentamientos humanos en Belmez pertenecen al Neolitico, ( puede hablarse de Neolítico hasta fechas posteriores al 5000 a. C. ), los restos más antiguos que se conocen de momento de esta etapa en Belmez, proceden de los yacimientos de Sierra Palacios, y se trata de varios fragmentos de cerámica decorados en toda su superficie a base de una capa de pigmento rojo (almagra), puede así hablarse de una estratigrafía arqueológica de más de 7000 años de antigüedad. La etapa mejor y más representada en yacimientos arqueológicos en el territorio de Belmez es la que precede al Neolítico, el Calcolítico, de la que se cuentan además de los diferentes poblados o asentamientos, con sepulturas de variados tipos y fases prehistóricas.
Hacia el III milenio a.C. aparece en Belmez (Córdoba) un tipo de arquitectura funeraria destinada a enterramientos colectivos que, por estar formada mediante grandes bloques de piedra es conocida como megalitismo, conocidos también como dólmenes; asi como manifestaciones muy interesantes de las primeras culturas metalúrgicas, junto a la cerámica campaniforme. A estas manifestaciones funerarias pertenece el conjunto megalítico, Dolmen de las Casas de Don Pedro, situado en el término municipal de Belmez y muy cercano al cauce del Guadiato, es el único Dolmen excavado y conocido mediante su puesta en valor de la Cultura Megalítica del norte de Provincia de Córdoba. Es en el Calcolítico, cuando los pobladores de la zona comienzan a explotar las minas de una forma rudimentaria; es el principio de la Metalurgia, nuestra Edad de los Metales. La industria minera se consolida en la Edad del Bronce, y el hallazgo de las piezas de oro del Bujadillo, nos muestra la manifestación del refinado Arte Tartésico en todo su esplendor.
Atraídos por el enorme potencial minero-metalúrgico de la comarca, Belmez fue sucesivamente habitada por el pueblo Tartesio; los Iberos; los Fenicios; los Romanos; los visigodos y finalmente por el pueblo musulmán, así, el Periodo Orientalizante se manifiesta hacia el I Milenio a.C. con la recuperación de restos cerámicos bajo las aguas del embalse de Sierra Boyera, indicando la existencia de importantes asentamientos en la zona cuya ocupación se prolongó durante los periodos ibérico y romano. El territorio de Belmez vivió durante la época romana uno de los momentos de mayor esplendor.
Los pueblos bárbaros que comenzaron a infiltrarse a partir del siglo III en el imperio romano, nos dejan una muestra de su presencia con un hábitat al sur de la aldea belmezana de "El Hoyo", así como los ladrillos visigodos encontrados en esta misma aldea.
Durante el medioevo, tras la caída del imperio romano, los visigodos desarrollaron una cultura floreciente en la Bética, pero las constantes luchas internas por el poder monárquico, propiciaron que las tropas de Tarik cruzaran el estrecho de Gibraltar en el año 711, iniciando poco despues la conquista por los musulmanes de la península ibérica.
Fueron posiblemente los musulmanes los constructores del monumento más representativo y emblemático de nuestra población, el Castillo de Belmez, habiendo sido construido según historiadores en el año 861, aparte de esta fortaleza los musulmanes nos dejaron su huella presencial en una necrópolis cercana a "Sierra Palacios", descubierta fortuitamente en los años 60 , y en los restos de la fortaleza árabe de el Castillo del Viandar cercano a la aldea de "El Hoyo" asi como la fortificación del Castillo de Çuferos, localizado en la cima más alta de Sierra Palacios y de época de dominación almohade.
Belmez permanece desaparecida; sin referencia de ella con anterioridad al siglo XIII, donde los musulmanes solo hacen referencia del castillo de Viandar, no es hasta el año 1215, bajo el emirato de Muhammad Aben Hud, cuando se tiene referencia escrita sobre Belmez y su castillo, En el año 1235, Belmez, que había estado en manos de los musulmanes durante cerca de cuatro siglos fue conquistada por la orden de Calatrava para el rey Fernando III el Santo.
En el año 1315, Alfonso XI concede a Belmez el título de "Muy Leal Villa", en agradecimiento al apoyo prestado por esta localidad en las luchas por la regencia.
En el siglo XV, Belmez y su castillo se convierten en una importantísima plaza, zona de control y custodia en la culminación de la reconquista de Granada.
En 1597, Felipe II concede a la localidad el título de "Muy Noble Villa", que también nos da a creer que Belmez bien pudo participar en los enfrentamientos entre el Duque de Alba y el Principe de Éboli.
Tras estos episodios, vendría un periodo de olvido y abandono de las fortalezas que no estaban en situaciones estratégicas o siendo utilizadas con el consiguiente deterioro que esto conlleva, hasta que durante la Guerra de la Independencia las tropas francesas volvieron a ocupar el castillo entre los años 1810 y 1812; tan importante fue esta plaza para el invasor francés que incluso llegaron a reparar parte de su recinto fortificado. Esta etapa de dominación francesa dejó una huella tan amarga y profunda en los habitantes de Belmez, que estos prefirieron deshacerse de este bastión tan atractivo para sus enemigos, e intentaron destruirlo, aun con todo esto y con los momentos de olvido y abandono que ha sufrido esta importante fortaleza, no han logrado destruir del todo su robusta y monumental figura.


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